Quien no ha padecido alguna vez la oscuridad de esas mañanas penosas, sombrías, cansadas, de cabellos revueltos y cuerpo dolorido, después de una batalla nocturna perdida ante combatientes imaginarios, pero que el embrujo de la noche los llena de vida y realidad.

Noches sufribles donde los fantasmas mas ocultos afloran a través de los sueños, reflejo de un inconsciente que no comprendemos y que agitan el cuerpo y la mente. O el desespero de un insomnio irreverente que altera sin piedad nuestro Sistema Nervioso, debido a conflictos no resueltos.

El despertar de una noche sin descanso y sin fin, no es el más favorable para afrontar un día donde los colores de la vida amenazan con deslumbrarnos.  Da igual que sea una mañana de Lunes o  Sábado, en ese momento solo las gafas negras  me aíslan de lo que no deseo ver, ni que vean de mí.

La noche es consecuencia de un día y el día es reflejo de una noche. No podremos tener descansos placenteros y reparadores si no empezamos a modificar el color matinal, para cambiar el ciclo que se retroalimenta.

Sí, efectivamente, estamos llenos de luces y sombras. Nuestra psique es compleja, acumulamos vivencias y emociones que no sabemos manejar, ni gestionar, creemos que llevándolas al trastero del inconsciente no afecta nuestra realidad virtual, nada más lejano de la verdad.

Estamos condicionados por una historia construida a base de vivencias arraigadas en nuestra psique, hábitos mentales que conforman nuestra visión actual del mundo.  Lo que viví ayer, hace una semana o hace un año, marcará mi mañana y mi futuro y así, con esa memoria abordamos el nuevo día.

¿Y si descubres que realmente tienes elección?:

* Que acaba el día y con él todo lo que ha acontecido.

* Que puedes dejarlo ir sin engancharte a lo que te ha provocado.

* Que te adentras en el sueño sin aferrarte a conflictos previos.

* Dejar que la noche te atrape abandonándote a su descanso.

* Reconocer que las secuelas de las experiencias pueden ser transitorias,  no son perdurables.

* Que puedes no aferrarte a pensamientos destructivos o causantes de dolor.

* Utilizar la mente como una aliada no como una enemiga.

Comprender nuestra historia siempre provoca una profunda sensación de espacio y expansión, como si las ataduras se liberaran para dar paso a una nueva forma de vivirnos. La Comprensión es ese saber ilimitado que brota espontáneo y se manifiesta por encima de una mente excesivamente activa que, con su multitud de personajes, pretende perpetuarse de forma insistente e inquisitiva

¿Porque no dejar que los pensamientos  se silencien y permitir que el día se despliegue por sí mismo, sin ideas preconcebidas? Abrirnos a la novedad de cada instante y sentir el  auténtico color de la mañana. Que los cristales a través de los cuales se mira, sean completamente transparentes para ver el brillo de lo que nos rodea.

¿Cuál es el color de tus gafas?

María Ruíz.