Adentrarse en el universo de la Astrología es conectar con un mundo de influencias, tendencias y posibilidades, de energías fluctuantes que mueven nuestro entorno inmediato a nivel colectivo humano, así como a nivel terrestre; pero también mueven nuestro cuerpo y nuestra psique.
Se sabe, que la Astrología es una ciencia milenaria y no hay duda que, todo lo que perdura en el tiempo tiene principios estables, sólidos y profundos. Contiene fundamentos metafísicos que llevan al estudio del Ser.
Desde el inicio de los tiempos se ha mirado al cielo, intentando entender y descifrar esa fuerza que venía del universo. La influencia planetaria es algo que el ser humano ha experimentado en todo su contexto. Es inherente el poder que los planetas generan, cada uno con unas características determinadas, con un impulso energético particular y preciso.
Este lenguaje simbólico de los planetas expresado en una carta natal (o carta astral), habla de un potencial en la persona donde se esconden oportunidades para su desarrollo. La posibilidad de manifestar plenamente ese proceso evolutivo, dependerá en gran parte de la madurez del propio individuo.
Como seres humanos formamos parte de un “todo” que condiciona nuestros actos y dirección en la vida. Los planetas con sus ritmos individuales provocan un poderoso magnetismo, al cual no podemos abstraernos. Son las propias leyes de la naturaleza las que marcan este impulso.
Sabías que…..
* Sol. Refleja el carácter intrínseco de la persona. Principio masculino. Impulso de vida, brillo, calidez, organización, generosidad y motivación. Pero también: egoísmo, orgullo y tiranía.
*Luna. Representa la naturaleza interior. Temperamento emocional y sensitivo. Elemento materno, anhelo de intimidad, hogar, familia. Dependencias emocionales, vulnerabilidad, insensibilidad.
*Mercurio. Reflejo de la mente y el intelecto. Comunicación, aprendizaje e inteligencia rápida. También representa: la duda, superficialidad y actitud calculadora.
*Venus. Símbolo del amor y las relaciones. Capacidad de dar y recibir. Principio femenino. Belleza, armonía, cualidades artísticas, erotismo. Así como: desarmonía, susceptibilidad, vanalidad y desequilibrio.
*Marte. Representa la fuerza de voluntad y conquista. El deseo, la lucha, empuje y pasión. También refleja el principio masculino junto al Sol, sexualidad. Manifiesta agresividad, exceso de control, impaciencia y egoísmo.
*Júpiter. Importancia de los valores, sentido de la justicia. Sabiduría, creencias, bondad, optimismo. Abundancia y expansión en la vida. Pero también: moralidad, religiosidad extrema, exageración, hipocresía.
*Saturno. El sabio, símbolo de la seguridad, constancia, estructura, concentración, paciencia y observación. Se relaciona también con la autoridad, frialdad, dureza, ambición.
*Urano. Cambios inmediatos, espíritu libre, independencia. Inspiración y procesos intuitivos. Por otra parte: inquietud, rebeldía, falta de compromiso, excentricidad.
*Neptuno. El místico y visionario, profundamente intuitivo e hipersensible. Relación con lo sutil y trascendental. Por otra parte cae en el victimismo, adicciones, confusión y autoengaño.
*Plutón. Mundo del inconsciente. Poder de transformación. Fuerza de voluntad y superación de viejas estructuras, afronta la parte obscura de la psique. Control, obsesión, tiranía y mal uso del poder.
Cuando descubrí la Astrología supe que no era algo nuevo para mí, fue como un reencuentro. Sus símbolos me despertaron un interés inusual, que aun sin comprender, intuía en ellos el profundo lenguaje que escondían. Ese magnetismo que me colmó en su momento, perduró en el tiempo….eterno….como el universo donde se sostiene….infinito….supeditada, como cada uno de nosotros, a esa influencia perpetua.
María Ruíz