Puede ser sorprendente, pero… 100.000 es el promedio de latidos del Corazón en un ser humano al día, solo hay que echar cuentas para saber la de millones de veces que late en un año. ¿Todavía nos extraña del porqué se cansa nuestro corazón?. Y no precisamente por el número de latidos….el Corazón es un verdadero luchador. Es un guerrero que, a expensas nuestras, subsiste a las numerosas situaciones de sobreesfuerzo a las que le exponemos tan frecuentemente.
Corazón con mayúscula, porque este órgano vital incansable, cuyo latir continuo es símbolo de vida, representa lo más elevado que tiene un ser humano. El siente, vibra y padece, con su lenguaje nos dice lo vivos y muertos que estamos física, psíquica y emocionalmente. ¿Te has preguntado porque la muerte por paro cardiaco es la más frecuente?
Al Corazón se la llama el tercer cerebro. Tiene un sistema nervioso independiente, con más de 40.000 neuronas y una compleja conexión de neurotransmisores. ¡Es inteligente! actúa en unión con el cerebro a través de impulsos nerviosos, influyendo en nuestras percepciones de la realidad y reacciones.
En el desarrollo embrionario, es antes que el sistema nervioso y el cerebro pensante. Escuchar por primera vez el latido del Corazón en un feto, es un momento inolvidable para unos padres.
¿Cuántas veces escuchas a tu Corazón?.
Hoy en día, la mayoría de las personas actúan e interpretan la realidad desde el intelecto. La función mental, tal como la conocemos, está sobrevalorada, esta mente hiperactiva, aparentemente inteligente pero no exenta de caos y descontrol.
Pero…¿donde ha quedado el saber Corazón?, aquel impulso vital que nos reafirma en una idea o decisión. La corazonada, hermana gemela de la intuición, esa comprensión inmediata, certera e inherente a nosotros porque brota desde lo más profundo del ser.
Su expresión siempre es desde el sentimiento:
-Sufre cuando hay dolor.
-Siente a través del llanto.
-Se acelera con el temor y el miedo.
-Se encoje con la angustia.
-Palpita con la agitación.
-La duda le inquieta.
-La tristeza le relentiza en exceso.
-El sobreesfuerzo lo agota.
Y así… en su continuo devenir, sin que nadie lo escuche y lo entienda, solo se espera de él que siga funcionando.
En realidad, solo necesita para nutrirse la fuerza renovadora del amor, la que le mueve y revitaliza. La joya suprema del amor tiene su refugio en este valioso cofre, cuyo latido impulsa su expansión para ser compartido y retroalimentado.
El Corazón es pura inteligencia emocional, genera el más poderoso y extenso campo electromagnético en el cuerpo. Sólo sabe de: naturalidad, intensidad, espontaneidad, sinceridad, belleza, entrega, compasión, alegría. Implica la valentía de ser uno mismo, no entiende de personajes, de yoes, ni egos, él conecta con el Ser.
Corazón tenemos todos, para unos es el guía , para otros algo que late en el pecho y que a menudo se evita escuchar, pero lo que sí es cierto es que su ritmo marca el paso a paso de la existencia
¿Y tú, conoces el paso de su Corazón?
María Ruíz